domingo, 25 de mayo de 2008

LA CORRUPCIÓN Y SUS CONSECUENCIAS (II)

En nuestro análisis anterior mencionamos algunos casos de corrupción en perjuicio de la administración pública producidos a partir de la instalación de gobiernos democráticos, vale decir, con funcionamiento pleno de los niveles institucionales de contralor. Lo hicimos sin definir el concepto de corrupción, con la intención de asumir que éste tema es sustancial para entender el estancamiento en el desarrollo de nuestro país, más allá de debates conceptuales.

Hacemos hincapié en la corrupción dentro del régimen democrático, porque muchos opinan que tal fenómeno es una característica de los regímenes en los que existe libertad, cuando en realidad lo que sucede es que en las dictaduras no es revelada públicamente. La corrupción genera una aparente paradoja: donde se generaliza, acaba siendo imposible el funcionamiento de la democracia, favoreciendo la prédica de los nostálgicos de "la mano dura", que promueven sistemas de poder en los que de la corrupción no se habla. El punto de equilibrio lo planteó el constitucionalista español Javier Pérez Rollo, al expresar: "La democracia no se caracteriza por la ausencia de corrupción, sino por la forma de hacerle frente".

Basados en los casos públicamente conocidos en los últimos 25 años, sin sanciones judiciales, es evidente que el poder político del signo que fuere no le hace frente. O para decirlo mas claro, un alto nivel de corrupción implica necesariamente connivencia entre oficialismo y oposición.

Cabe preguntarse: afecta la corrupción al nivel de desarrollo de un país y nivel de vida de la "mayoría" de sus habitantes? Que la respuesta la dé la definición de corrupción política: se produce cuando un funcionario sustrae bienes del sector público (de todos nosotros), trasladándolos al sector privado (ya sea a un individuo o a un grupo).

La acción de "sustraer" se manifiesta en sobrecostos en la contratación y pago de obras públicas; aceptar menor calidad y/o cantidad de los bienes adquiridos por la administración pública; no aplicar a los privados sanciones pecuniarias previstas en los contratos; enajenar bienes públicos a valores manifiestamente inferiores de los de mercado; promover legislaciones "de excepción" en beneficio de sectores particulares para obras y/o servicios específicos; eludir sistemas de selección de adjudicatarios de obras, bienes y servicios en beneficio de determinado contratista y/o proveedor.

Todas éstas "contemplaciones" del funcionario público tiene como contrapartida la denominada coima entregada por el privado favorecido, llamada por los políticos "retorno" para suavizar sus culpas. Es aquí donde llegamos al núcleo de la cuestión: JAMÁS el sector privado puso y pondrá dicho "retorno" de su bolsillo, sino que surge del acuerdo entre el privado y el funcionario interviniente para generar artificiosamente sobrecostos que den lugar al monto de la coima, y en muchos casos generen por añadidura beneficios exagerados del contratista y/o proveedor.
Aclaremos que cuando decimos "funcionario público", englobamos a una estructura del Estado que de acuerdo al monto involucrado, alcanza a las máximas autoridades de un gobierno.

Traduzcamos éste concepto en dinero y multipliquémoslo por la cantidad de casos resonantes de los últimos veinticinco años, y tendremos la explicación de nuestro retroceso económico y parte del origen de la demagógicamente vituperada deuda externa. Un caso emblemático que resume la mecánica del acto de corrupción, es el conocido como IBM - Banco Nación, interesantísimo para analizar en un futuro.
Por ello el "acto corrupto" llevado a cabo por funcionarios de gobierno, implica necesariamente una solución de quebranto a las arcas del Estado, en perjuicio de fondos presupuestarios destinados al interés común.

Está claro entonces que la corrupción no puede ser motivo exclusivo de "shows" mediáticos.

martes, 13 de mayo de 2008

LA CORRUPCION Y SUS CONSECUENCIAS ( I )

Previo analizar el concepto de corrupción, es importante establecer el marco de análisis. Nos concentraremos en los delitos contra la administración pública del Estado nacional, que deben ser juzgados y penalizados por la Justicia Federal. Los principales delitos son cohecho; malversación de caudales públicos; negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas; exacciones ilegales; evasión de impuestos y contrabando.

La estructura judicial para tales delitos se enmarca en los siguientes Fueros Federales: Penal-Económico; Civil y Comercial; Contencioso-Administrativo y Criminal-Correccional. Los casos mas resonantes desde el punto de vista del involucramiento político y perjuicio a la Nación, estan en la órbita de los doce juzgados Criminales y Correccionales de la Capital Federal, y los ocho Penal Económico, a cargo de los siguientes jueces:

Criminales y Correccionales
Nro. 1 - María Servini de Cubría; Nro. 2 - Jorge Ballesteros; Nro. 3 - Daniel Rafecas

Nro. 4 - Oscar Lijo; Nro. 5 - Norberto Oyarbide; Nro. 6 - Rodolfo Canicoba Corral

Nro. 7 - No hay juez designado; Nro. 8 - Martínes De Giorgi; Nro. 9 - Aráoz de Lamadrid

Nro. 10 - Daniel Ercolini; Nro. 11 - Claudio Bonadío; Nro. 12 - Sergio Torres

Penal - Económico
Nro. 1 - No hay juez; Nro. 2 - No hay juez; Nro. 3 - Subrogante; Nro.4 - Contratado
Nro. 5 - Jorge Brugo; Nro. 6 - Marcelo Aguinsky; Nro. 7 - Marcelo Aguinsky

Nro. 8 - Jorge Brugo

En todo análisis es razonable partir de conceptos de carácter general, para luego incursionar en lo particular. Nuestro acercamiento a la corrupción será una excepción, a los efectos de que no la entendamos como un ejercicio de entretenimiento mediático, protagonizado por actores políticos que actuando tanto como acusadores o acusados, lo hacen bajo el acuerdo de la impunidad.

Si hubiesen dudas al respecto, recordemos solo algunos casos de fuerte impacto económico contra funcionarios públicos de primer nivel jerárquico, producidos en las últimas décadas:
- Pedido de coimas al frigorífico Swift-Armour
- Lavado de dólares provenientes de la droga, con imputación a familiares del entonces presidente
- Irregularidades en la adjudicación de una obra de u$s 250 millones a la empresa Enron en
Neuquén
- Contabando millonario de mercaderías en la Aduana
- Venta de leche en mal estado al Ministerio de Bienestar Social
- Compra de oficinas en Catalinas Norte para la empresa estatal Somisa a un alto costo
- Coimas en la adjudicación del contrato IBM-Banco Nación
- Coimas en la adjudicación del contrato IBM-DGI
- Irregularidades cometidas por el presidente del PAMI Carlos Alderete en la contratación de
servicios para los jubilados
- Irregularidades en la privatización de ENTEL cometidas por su interventora María Julia
Alsogaray
- Compra irregular de 1.200.000 guardapolvos por parte del Ministerio de Salud y Acción Social
- Contrabando de armas del Estado nacional hacia Croacia y Ecuador
- Contratación con la empresa alemana Siemens para la emisión de DNI y un sistema informático
de control inmigratorio de alto costo, con denuncias de pago de coimas
- Coimas pagadas a senadores por la aprobación de la ley de reforma laboral
- Coimas pagadas por la empresa sueca Skanska a funcionarios públicos por la adjudicación de
obras
- Ingreso irregular al país de u$s 800.000 en un avión privado alquilado por la empresa estatal
Enarsa
- Dinero con origen no justificado encontrado en el baño del despacho de la ex ministra de Economía Felisa Miceli.
Cuál es el denominador común de éstos casos tomados como testigo por su impacto económico?
Que no tuvieron condena judicial, y consecuentemente, tampoco el Estado pudo iniciar las acciones civiles de resarcimiento económico contra los culpables.
El caso IBM-Banco Nación es emblemático de como se maneja la corrupción mas allá de los gobiernos de turno. La causa se inició en el año 1995 (no hay error: hace 13 años). Hay acusados confesos que devolvieron al Estado durante el trámite judicial u$s 4.500.00 cobrados como coima; otro acusado se suicidó. Sin embargo, el juicio oral y público fué reiteradamente anunciado y postergado, y se especula que en determinado momento se cerrará la causa por prescripción. La causa se encuentra en el Juzgado Federal Nº 7.- Tampoco hay error: es el único que no tiene juez designado.
Luego de ésta introducción, en un próximo análisis podemos comenzar a reflexionar sobre lo que significa corrupción.










lunes, 5 de mayo de 2008

¿QUÉ SE ENTIENDE POR DEMOCRACIA?

Así como dijimos que la política surgió en los comienzos de la historia producto de la necesidad de los primitivos habitantes de agruparse, la democracia es una forma de organización de las distintas agrupaciones, que en condición de gobierno, supone decisiones colectivas adoptadas por el pueblo a través de formas de participación directas o indirectas que den legitimidad a sus representantes. Platón la llamaba "el gobierno de la multitud", y Aristóteles "el gobierno de los más". El crecimiento poblacional de los Estados hizo que en la modernidad se aplique la participación indirecta, donde las decisiones son adoptadas por quienes el pueblo elige para que lo representen.

Nótese que en éste concepto de democracia generalizadamente aceptado, no se mencionan aspectos esenciales tales como la igualdad de derechos; división de poderes y formas de elección, por ser instrumentales. Pero deben ser considerados para evaluar su funcionamiento. No basta con "proclamar" que vivimos en democracia; que somos iguales ante la ley; que fuimos elegidos por el voto, y que tenemos una equilibrada relación institucional producto de la división de poderes. Lo importante es que éstos requisitos tengan la categoría de "reales". Por lo tanto esta forma de vida exige una permanente auditoría de calidad, para que la democracia no sea convertida en una escenografía que pueda concluir en despotismo.

La inmensa mayoría de los gobernantes del mundo actual proclaman gobernar en el marco de la democracia. Incluso cuando el sistema político y social de un Estado hace irrisoria tal afirmación, el tiranuelo de turno expresa que su esfuerzo está volcado en transitar el camino hacia la democracia. Esta dualidad entre lo prometido y lo ejercitado se ve claramente hoy en la irrupción de China en el contexto mundial, donde los líderes de ese país deben flexibilizar prácticas políticas en sus intentos de inserción en el mundo, mientras occidente flexibiliza consideraciones ético-morales en sus deseos de hacer negocios.

Es evidente entonces que intentar comprender situaciones políticas a partir de principios absolutos llevará a discusiones irreconciliables, cuando no mesiánicas. Por ello nuestro análisis debe partir del hecho de que vivimos en un sistema de democrático, para determinar su nivel de imperfección. No es lo mismo el funcionamiento del gobierno democrático en Suecia, Holanda, España, Estados Unidos, Venezuela o Argentina.

En nuestro país es aceptado con distintos matices que el modelo de conducción tiene fuertes componentes autoritarios. Esta realidad se intenta disfrazarla inclusive en ámbitos intelectuales, señalando que somos un país presidencialista, con un poder convergente en la máxima autoridad del poder ejecutivo. Este concepto aparentemente inocente, y hasta anecdótico para algunos, ha llevado a una total distorsión de la estructura institucional, porque todos los actores políticos "representantes del pueblo" actúan en consecuencia, llegando a niveles de sometimiento y humillación ante el Ejecutivo.

Esto es consecuencia de la continuidad ininterrumpida de acciones encaradas por la clase política a partir del retorno de la democracia en 1983, tendientes a distorsionar la tan mentada voluntad popular. Ejemplos: reelecciones indefinidas; método electoral por ley de lemas; sistema anacrónico de votación que permite robo de boletas y desaparición de urnas; auspiciar las llamadas listas colectoras, en donde el oportunismo de los candidatos prevalece sobre los principios programáticos; no cumplimiento de la reformulación de la ley de coparticipación federal de impuestos establecida en la Constitución de 1994; modificaciones electorales que permiten mayorías legislativas oficialistas abrumadoras en detrimento de la oposición; que sea posible que un candidato elegido popularmente por un partido y para una función, alegremente pueda pasarse a otro partido o a otra función, etc. Estos son solo algunos casos, pero suficientes para demostrar que la voluntad popular interesa en cuanto no afecte privilegios y el manejo concentrado del poder.

Nuestra debilidad institucional llegó a tal extremo, que en el marco de un crecimiento económico ininterrumpido, reformulación de la deuda externa, superávit fiscal, saldo favorable de la balanza comercial, y reservas de u$s 50.000 millones en el Banco Central, se gobierna con una ley de emergencia económica, que permite obviar los mecanismos que hacen al equilibrio de poderes. Con un agregado no menor: la emergencia fué promovida por un gobierno que tiene mayoría absoluta legislativa, y la mayoría de las gobernaciones e intendencias.

Una observación final: éste cuadro crítico no es imputable al oficialismo de turno o a una agrupación política en particular. A tal situación no es posible llegar sin contar con el acuerdo de un amplio espectro de la clase dirigente, incluída la oposición. Por eso no fué casual la reacción de la sociedad en el 2001, resumida en el reclamo de "que se vayan todos", y que tuvo expresiones tragicómicas. En las elecciones de abril del 2003, un candidato apellidado Arcagni, se presentó con un afiche publicitario que afirmaba: no soy político.