miércoles, 25 de noviembre de 2015

CAMBIOS DE ESTILO O ESTRUCTURALES?

El pasado domingo, 25 millones de ciudadanos eligieron una conducción política para los próximos cuatro años. De ese total, no más 10 mil tienen en mayor o menor grado acceso a niveles de decisión, o bien una inserción popular y/o comunicacional, con algún grado de influencia en la sociedad a través de sus opiniones. Pero como las elecciones las deciden millones de ciudadanos anónimos, para captarlos se emplean recursos multimillonarios, trasladándoles masivamente mensajes e imágenes encapsuladas, muchas veces falsas, centradas básicamente en lo emocional. Las campañas intentan “convencer”, no informar, para obtener el voto de “confianza” de la ciudadanía. Este es el punto. La política, o responde a esa confianza, o defrauda a los ciudadanos.

Sin embargo, pese a los recursos propagandísticos, el ejercicio continuo de la democracia ha permitido un aprendizaje paulatino de los ciudadanos, que les permite incrementar cada vez más el componente analítico, por sobre el puramente emocional. Esta evolución no prevista por políticos y analistas, hace que ante la realidad, intenten justificarse invocando “sorpresa”, o que “no lo vimos venir”. Mientras millones de votantes retornan a sus habituales anonimatos y expectativas, políticamente se están adoptando decisiones que marcarán los primeros pasos del nuevo gobierno. Por ello, postergaremos el análisis de las consecuencias políticas futuras por el resultado electoral, para incursionar en aspectos más concretos. Esta prioridad se sustenta en un consejo que Maquiavelo diera a su príncipe: “Los príncipes irresolutos, para evitar los peligros presentes, siguen la mayoría de las veces el camino de la neutralidad, y la mayoría de las veces fracasan”.

Resaltaremos conceptos que serán esenciales para establecer políticas exitosas.
1.- Los eslógans y segmentaciones sociales para justificar apoyos o rechazos son falsas. Si nos retrotraemos 25 años atrás a la fecha, no se observan “dos modelos de país”. Por el contrario, se visualiza una degradación del sistema político e institucional en cabeza de una misma dirigencia, con decisiones estructurales económicas basadas en lo recaudatorio: si es necesario privatizo; si es necesario estatizo. De ahí el absurdo que los mismos que avalaran determinadas políticas décadas atrás, hoy se vanaglorien de haber implementado lo contrario. Segmentar entre derechas, izquierdas, peronistas, radicales, neoliberalismo, progresismo, ricos, pobres, teniendo clases dirigentes oportunistas y fluctuantes, orilla el ridículo, y no es creíble. Tampoco existen “décadas ganadas o perdidas”. Unos ganan y otros pierden.  Los sectores económicos más beneficiados en los últimos 12 años, por ejemplo, han sido: 1) Financiero; 2) Supermercados; 3) Empresas de telecomunicaciones; 4) Actividad del juego.  Todos ellos, además, con fuerte presencia extranjera. Cada lector analizará si es verdadero o falso, y sacará sus conclusiones.

2.- La inclusión es válida como política de desarrollo social; no para encubrir víctimas colaterales de negociados político-empresariales. Las coberturas sociales exceden asignaciones circunstanciales. Se debe brindar también educación, salud y seguridad, para permitir el crecimiento del núcleo familiar. El subsidio no es necesariamente bueno; pueden favorecer enormes negociados, como se demostró en el área del transporte, con muertos inocentes incluidos.

3.- No existe independencia de poderes, sino interdependencia de poderes. La Constitución habla de atribuciones específicas de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, muchas de ellas interrelacionadas. Ningún poder del Estado puede actuar en compartimentos estancos, sino con acciones y responsabilidades imbricadas para llegar a sus objetivos. Si un juez es corrupto, deber ser echado. Tampoco existe la autarquía financiera, cuando el origen de los recursos es común: los impuestos de los ciudadanos. El presupuesto nacional es uno solo.

4.- Imposible cambiar una matriz político-institucional, sin actuar concretamente contra la corrupción, y tener una estructura administrativa estatal acorde a necesidades reales, con conducciones y personal eficientes.  Este aspecto es clave, porque condiciona toda la política de un gobierno. Corrupción y estructura estatal son fuertemente interdependientes. Involucra al Poder Judicial, organismos de control, y a un principio de equidad sospechosamente abandonado: a igual función, igual remuneración.

Por último, recordar que los votos no se guardan en los bolsillos de los políticos. Decir “48,6% votaron un proyecto, y 51,4% otro proyecto”, caduca el 10 de diciembre. A partir de entonces, todos votamos por el objetivo de crecer como país.



miércoles, 18 de noviembre de 2015

MIEDO A VOLVER AL FUTURO

La campaña electoral, que tuvo un pico de interés en el debate entre Macri y Scioli, ofrece aspectos destacables que nos recuerdan la película de ciencia ficción “Volver al futuro”, producida hace 30 años por Steven Spielberg. Su trama relata las peripecias de un adolescente (Michael Fox), que en 1985 es transportado accidentalmente por medio de una máquina del tiempo a 1955. Al descubrir que sus futuros padres habían roto su noviazgo, se esfuerza para que se reúnan nuevamente y den lugar a su posterior nacimiento.

La versión argentina transportaría al adolescente a comienzos de la tenebrosa “década del 90”. Observaría que en 1989 comenzó la presidencia de Menem. Durante la campaña electoral previa, el menemista Guido Di Tella expresó que la economía del país necesitaba un dólar “recontra alto”. Sus afirmaciones causaron una feroz corrida cambiaria, que sepultó el Plan Primavera II de Alfonsín, y obligó a la entrega anticipada de su mandato. El adolescente se sorprendería entonces que 25 años más tarde se repita la irresponsabilidad, intentando asustar a la población con un dólar a 15 pesos, o con una mega devaluación.

Recién asumido, Menen indultó a las juntas militares, condenadas en el juicio histórico desarrollado por el gobierno de Alfonsín. La amnistía que el justicialismo había prometido en la campaña de 1983, la llevó a cabo en 1989. Tras superar un rebrote hiperinflacionario en el primer tramo de su gobierno, Menem comenzó una etapa conocida como “modernización del Estado”. El pilar fueron las privatizaciones de empresas estatales. La de YPF se concretó en 1992, con el apoyo entusiasta de gobernadores de las provincias petroleras, tanto justicialistas, radicales o provincialistas. La comunión ideológica se logró por el compromiso que con la venta, automáticamente se cancelarían las regalías petroleras adeudadas por la Nación a dichas provincias. Néstor Kirchner, gobernador de Santa Cruz, recibió 480 millones de dólares. El Estado se quedó con el 20% de las acciones, y la “acción de oro”, que le daba poder de veto ante determinadas decisiones privadas. Las acciones estatales fueron vendidas en su totalidad en 1999 a la española Repsol, previo a la asunción de De la Rúa y Carlos Alvarez. La acción de oro, subrepticiamente, desapareció. Con estos antecedentes, el adolescente una vez regresado a 2015, querría saber porque en la actualidad nadie habla del destino dado al 24,9 % de las acciones de Repsol, que en su reestatización parcial en 2012, se encontraban en poder del empresario argentino Eskenazi.  

En 1994 se realizó una reforma constitucional plagada de grandilocuencias, a la fecha incumplidas. Pero el objetivo final no admitía prosa florida: se aprobó la reelección presidencial. Transportado al pasado, el adolescente vería en 1997 el comienzo político de Scioli, asumiendo como diputado nacional por el menemismo. También se hubiera enterado que dos años antes, Macri asumía la presidencia de Boca Juniors, acusado por  su opositor Carlos Heller de querer privatizar el club. Hubiera detectado un clima de alegría y consumo. La gente viajaba a Miami, y exhibía su poder de compra: “deme dos”. Es cierto: había pobres. Pero pobres hay en todo el mundo. Por eso a su regreso al 2015, se sorprendería que la presidente Kirchner, repitiendo la historia que dice criticar,  se enorgullezca de la cantidad de dólares que los argentinos gastan en el exterior. Y que pese al crecimiento en la venta de pasajes aéreos, Aerolíneas continúe consumiendo subsidios por sumas millonarias, pagadas por ricos y pobres. Ya en esa época las denuncias por corrupción abundaban. Pero felizmente, estaban en funciones entre otros, los jueces Oyarbide, Canicoba Corral y Servini de Cubría.

Devuelto a la actualidad a través de la cápsula del tiempo, el adolescente observaría que la mayoría de los personajes de entonces mantienen plena vigencia. Incluso el patriarca Carlos Menem es senador. Pese a estar condenado por contrabando, se le permite legislar. Complicidad institucional, quizás producto de la melancolía que embargan a sus viejos amigos de correrías políticas.  


Queda una reflexión final. En épocas de elecciones se contratan los servicios de costosísimos consultores internacionales (norteamericanos, españoles, ecuatorianos, peruanos, brasileños), para fijar estrategias de campaña. En general, vienen con libretos “enlatados” que readaptan en corto tiempo a contextos locales. Recientemente el equipo de Scioli sumó de apuro a nuevos consultores, especialistas en la instalación de campañas “del miedo”. Vistos nuestros antecedentes políticos a partir de 1990, habrán venido para asesorar o para aprender? 

jueves, 12 de noviembre de 2015

DEL DEBATE SURGIRÁN NOVEDADES?

Si la ONG Argentina Debate no plantea a los candidatos como primera pregunta, que expliciten las cifras de los principales indicadores económicos-sociales sobre los que basarán sus propuestas y estrategias de implementación, el debate se sustentará más en la imagen que en el esclarecimiento.

El debate tendrá cuatro módulos básicos: desarrollo económico, educación, seguridad y derechos humanos. El desarrollo político-institucional de las últimas décadas, hace presumir que una vez más, las grandilocuencias propagandísticas intentarán ocultar el verdadero cuadro económico-social que afrontará el próximo gobierno. No es nuevo que se intente disimularlo con estrategias basadas en absurdos cruces de acusaciones por supuestas pertenencias o retornos a los 90, y frivolidades similares. Estos recursos son trasladados a la sociedad en carácter de verdades “enlatadas”, presuponiendo que no merecerán mayores análisis, o bien provocarán discusiones irrelevantes. El discurso tendría cierta validez, si comparamos cifras de los 90 con las actuales. Si solo se pretende referirse a personas, sería de aplicación la frase de Jesucristo: “quien esté libre de culpa que arroje la primera piedra”.

En nuestro país el ocultamiento fue practicado por los mismos actores políticos, empresarios, gremiales y judiciales que nos gobiernan desde 1995. La crisis de la Alianza radical-justicialista-progresista, se produjo tras una década de gobierno de Menem, conocida como “revolución productiva y modernización del Estado”. El próximo gobierno asumirá tras doce años de gobierno kirchnerista-justicialista, promocionado como “década ganada y defensa del Estado”. En 1999 y 2001, con la convertibilidad, se hablaba del atraso del dólar. En 2015, con el cepo al dólar y múltiples valores cambiarios, se plantea lo mismo. La realidad indicaría que los políticos clientelistas cuando deben dejar casi a los empujones sus liderazgos, siempre dejan tierra arrasada. E impertérritos, sus principales responsables comienzan a flexionar las piernas, para saltar rápidamente al siguiente proceso político, declamando que con el pasado “no tuve nada que ver”. Hasta los publicistas oficialistas creen en este método del “enlatado” propagandístico: plantean que  Macri es el pasado, y Scioli es el futuro.

En homenaje a Perón, que en la presente campaña resurgió del olvido tras 12 años de haber sido intencionadamente ocultado tras Evita y Cámpora, comenzaremos el análisis con una de sus frases más repetidas: “la única verdad es la realidad”.

1) La Alianza recibió el gobierno de Menem con 27.831 millones de dólares de reservas; una deuda externa de 145.289 millones de dólares, y una desocupación del 13,80%. Todos datos oficiales. 2) Los comparativos actuales, dado que no existe información oficial confiable, deberán ser avalados o rectificados por los candidatos. Reservas de 25.000 millones de dólares (si se descuentan yuanes y pagos 2015 pendientes, el saldo es muy inferior); deuda externa-interna de 225.000 millones de dólares, y desocupación 11,70 % (índice UCA). 3) Por la convertibilidad, Menem y De la Rúa dejaron sus gobiernos con inflaciones negativas. La actual alcanza como mínimo el 25%. 4) No hay estadísticas de pobreza oficial actualizada. La UCA relevó 28,7 %.

La comparación de la deuda externa de Menem, con la suma de externa e interna actual, se debe a que las internas tendrán enorme incidencia en las políticas próximas. Por ejemplo, el 03 de enero vencerá un bono que el gobierno le endosó en 2006 al Banco Central por u$s 9.530 millones. Según se cancele o no, variará el tipo de perjuicio. Otro ejemplo es el reconocimiento del 82% móvil a jubilados. Previo a la elección del 25 de octubre, Bossio, responsable de la Anses, informó que era imposible. Tras los resultados electorales, Scioli lo incorporó como promesa, y Bossio la avaló. Cuál es la verdad? La legislación exige que los recursos jubilatorios se utilicen exclusivamente para pagar a sus beneficiarios. Pese a ello, la Anses prestó al gobierno dinero, financia planes sociales y vendió bonos para controlar al dólar, a tasas y valores muy inferiores a los del mercado, superando los 70.000 millones de pesos solo en 2015.


Tiene sentido discutir si el dólar valdrá $10 o $15 dentro de un mes, o si el 82% móvil a los jubilados será o no posible, sin conocer la situación económica real en que se entregará el gobierno a quien triunfe? El planteo es desolador? Al menos los argentinos ya estamos entrenados.

martes, 10 de noviembre de 2015

CLIENTELISMO DE PRIVILEGIADOS

El clientelismo político se define como un intercambio de favores ejercidos por altos funcionarios públicos a costa de recursos del Estado, para obtener apoyo electoral y permanecer en el ejercicio del poder. Suele identificarse con los niveles sociales más desprotegidos, pero el concepto no discrimina entre pobres y ricos. Sin embargo, suelen quedar fuera del debate dos tipos de clientelismos nefastos, que incrementan notoriamente el nivel de pobreza. Ellos son: 1) el nepotismo para cubrir cargos públicos y crear organismos; 2) la asociación prebendaría de funcionarios con grupos empresarios, que deriva en corrupción.

El nepotismo consiste en distribuir discrecionalmente entre familiares y amigos cargos altamente remunerados, muchas veces sin funciones, y sin concursos públicos para establecer méritos. El daño presupuestario y operativo se agrava y alcanza lo delictual, cuando dichos ingresos de “gente de confianza”, tienen por objeto construir tramas que aseguren la impunidad, como sucede con los mal llamados “organismos de control”. La necesidad de negociar favores e  intercambiar adhesiones, llegan al punto de crear irrelevantes organismos con nombres estrambóticos, sin atribuciones concretas, pero con altos salarios. Para ello se cuenta con la complicidad, entre otros, de gremialistas como el eterno dirigente de Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN), Andrés Rodríguez, quien debiera defender la carrera administrativa de sus afiliados.

El clientelismo empresarial prebendario, por su parte, impacta directamente en la macroeconomía de un país. Se traduce en sobrecostos en las obras públicas y adquisición de bienes a proveedores, y ruinosas concesiones con baja calidad de prestaciones, y depreciación de bienes concesionados.  Sectores empresariales sólidos son imprescindibles, en tanto y en cuanto sean motor de desarrollo genuino y empleo, sin el costo de la corrupción. Es natural y aceptable que empresarios relacionados con el Estado, como Eurnekián, Brito, Bulgheroni, Wherthein, Chediak, Cristóbal Lopez, De Narváez, Cirigliano, Szpolski-Garfunkel, entre otros, prefieran y apoyen a Scioli. Del mismo modo, Macri cuenta con la adhesión de grupos económicos igualmente importantes. Pero es imprescindible que las Cámaras empresariales implementen Tribunales de Ética que sancionen y denuncien actos de corrupción de sus afiliados, que afecten la competencia y recursos del Estado, mediante maniobras para obtener contratos estatales con grandes sobrecostos, retribuyéndoles a los funcionarios involucrados con dádivas, y “retornos” conocidos como coimas.
    
Los resultados electorales del pasado 25 de octubre, especialmente en Jujuy y municipios del conurbano bonaerense, indicarían que un importante sector social vulnerable y dependiente del Estado para su subsistencia, votó por un cambio de matriz de gobierno. En Jujuy, donde los cargos públicos directos o indirectos (Milagro Sala), superan los puestos de trabajo privados, perdió el oficialismo tras 32 años de gobierno. En emblemáticos municipios del conurbano, desde hace décadas manejados por añejos caudillos, triunfaron otras alternativas. Esta realidad, que no fue detectada por analistas políticos, provocó tal cimbronazo, que por primera vez desde el retorno de la democracia, un oficialismo en campaña no recurrió a la manipulación de pobres, o a la intervención de gremialistas expertos en acciones directas, como los de subterráneos, para atacar adversarios. Este rol debió ser desempeñado de apuro por altas dirigencias políticas, universitarias, intelectuales y empresariales, para mantener sus privilegios. Surgen así las amenazas delirantes de un médico con cargo de ministro (Gollan); el decano de Ciencias Sociales de la UBA acusando a Macri de neoconservador (Postolosky); el rector de la universidad privada UADE (Orosco), acusado penalmente por entregar el título a un candidato fuera de las normativas; o el juez Reale y el fiscal Paolini, de la provincia de Buenos Aires, renunciando a sus obligaciones de investigar enriquecimientos ilícitos de funcionarios.


Los recursos públicos destinados a sectores vulnerables, que muchas veces confunden políticas de inclusión social con mantenerlos en la pobreza, deberán respetarse a rajatabla. Los pobres no solo son víctimas inocentes; tienen además la dignidad de no ejercer el fanatismo. Pero con urgencia se deberán “ajustar” las enormes transferencias presupuestarias públicas a privados privilegiados asociados a la corrupción del Estado, que enriquecen a los cercanos al poder, y generan desigualdades sociales. Un ejemplo de la magnitud económica del problema lo tenemos próximo y con cifras concretas: Brasil, con el caso Petrobras.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

EL ESPIRITISMO INVADIÓ A LA POLÍTICA?

El espiritismo es una práctica que estudia la naturaleza y relación de los espíritus con el mundo corporal. Usualmente la intermediación con los humanos la realizan quienes aducen condiciones especiales para la tarea, llamados “médiums”. Tras el resultado electoral del pasado 25 de octubre, las elucubraciones de políticos, comunicadores y analistas, con vista al balotaje del próximo domingo 22, exhibieron extrañas distorsiones u omisiones. Ello hace sospechar la posibilidad que estén bajo el influjo de diversos espíritus. Citemos algunos ejemplos.

1.- Espíritus pesimistas. Scioli perdió
El candidato Scioli superó a Macri, ubicado en el segundo lugar, por casi el 3 % de los votos. Sin embargo fue el propio Scioli que, demudado y a horas del cierre del comicio, anunció que habría segunda vuelta. De inmediato, el maleficio se extendió a propios y extraños, que dijeron que Scioli perdió.

2.- Espíritus optimistas. Scioli no perdió
Un número igualmente importante de afectados, afirmaron que en realidad los que perdieron fueron Cristina Kirchner, Aníbal Fernández, La Cámpora y Fellner, entre otros. Excluyeron a Scioli, pese a ser gobernador de la provincia de Buenos Aires desde hace ocho años, y principal figura del gobierno.

3.- Espíritus tramposos. En Santa Cruz ganó Costa, y asumirá Alicia Kirchner.  
El candidato Costa, de Cambiemos, obtuvo 67.114 votos, y Alicia Kirchner del FPV 56.969. Pero Alicia acordó con su enemigo político y actual gobernador Peralta, implementar la Ley de Lemas, pese a la existencia de internas abiertas y obligatorias. Ello les permitió presentarse independientemente, y al momento del recuento sumar sus votos. Este engendro electoral fue legalizado por las juezas Paula Ludueña, Clara Zalazar y Alicia Mercau, invadidas por el espíritu identificado como tramposo.

4.- Espíritus traicioneros y espíritus religiosos
La pérdida de la gobernación de la provincia de Buenos Aires e  importantes municipios manejados desde hace décadas por el oficialismo, fue adjudicada a la acción perversa y coordinada de espíritus que promueven la traición, y cuyo accionar fue detectado por Aníbal Fernández. También actuaron espíritus religiosos, que provocaron por parte de algunos analistas la sospecha que el Papa, que es argentino y peronista, estuvo recorriendo el conurbano repartiendo boletas de María Eugenia Vidal. Pero el verdadero milagro lo protagonizó Scioli, al conseguir que los debates excluyeran la posibilidad que los votantes hayan castigado su gestión y la de añejos caudillajes, que sumergieron a vastos sectores sociales en el flagelo de la pobreza, inseguridad, narcotráfico y corrupción.

5.- Espíritus de los engañosos  buenos modales 
Para encubrir problemas de fondo, bienvenidas sean las obviedades. Tras años de enfrentamientos y autoritarismos,  espíritus engañosos promueven que el pueblo solo desea “buenos modales; diálogo; paz y amor”. Un oportuno ejemplo es un párrafo de un artículo del analista Alejandro Catterberg, publicado en La Nación: “Un sector muy importante de la sociedad argentina demanda un cambio. Cuando se investiga en profundidad, este reclamo está más asociado a un cambio en el estilo, las formas y los modales y no a políticas sociales y económicas que se han implementado en estos años”. Moraleja: de las reservas del Banco Central; deudas externas e internas; inflación; desempleo y pobreza, imprescindibles para mantener y mejorar las políticas sociales y económicas, no hablamos?

6.- Espíritus de la confusión
Es el espíritu más peligroso, porque sus efectos pueden permanecer un mínimo de cuatro años. Muy arraigado en Argentina, consiste en crear múltiples opciones que disimulen la incoherencia.  Los ciudadanos, durante la campaña, deberán interpretar que significa “Scioli será más Scioli que nunca”; si se votará a Scioli o al “modelo”; si el kirchnerismo es o no es peronismo; si Scioli es cambio o continuidad, y si el espíritu de Massa se posesionó del espíritu de Scioli. Dado que el “múltiple choice” de espíritus se refiere a Scioli, la opción “un poquito de cada cosa” no será aceptada. El examen final para obtener la categoría de médium o exorcista, será rendido por los votantes en el cuarto oscuro. Este es otro ejemplo de presencia espiritista; se los llaman cuartos oscuros, pese a estar iluminados.