“Coalición UNEN: que prime la racionalidad
sobre la egolatría”
(título de la Reflexión Política del pasado 24 de abril, un día después del
lanzamiento del Frente). “Hablar de diversidad en
la integración de UNEN es inicialmente una virtud, porque la esencia de la
política es el debate entre distintas visiones, para confluir en proyectos y
acciones positivas para la mayoría de la sociedad. Pero esto requiere
organicidad y previos consensos dentro de UNEN. De no ser así, se caerá
inevitablemente en la anomia, como se denomina en sociología a la falta de
normas o incapacidad de conformar las estructuras necesarias para alcanzar una
meta” (Reflexión Política del 08 de mayo de este año).
Recordar las reflexiones precedentes de quien sin vivir
de la política, solo pretende hacer públicas opiniones relacionadas con una
actividad que inevitablemente nos afecta a todos, no busca la autocomplacencia por
supuestas predicciones sagaces, sino por el contrario, recordar la obviedad y
simplismo de los conceptos oportunamente vertidos. Cabe preguntarse entonces, porqué
políticos de largas trayectorias en altos cargos públicos, caen una y otra vez
en el vicio de la necedad.
Analistas profesionales mejor formados e informados,
apelando en algunos casos a sutiles ironías, son más concisos para describir escenarios
políticos. Tal el caso de Jorge Asís, que al falso debate entre neoliberalismo
y populismo, encabezados uno u otro por los mismos actores políticos,
empresarios y gremiales, lo resumió en una frase: “Con el apoyo de la izquierda
se roba más fácil”. Respecto a la conformación de UNEN, llamó piadosamente a
sus autoproclamados representantes “los cinco latinos”, recordado grupo vocal
de los 60.
La eclosión UNEN es un buen punto de partida para
iniciar el seguimiento de la temporada de políticos en oferta para integrar algunos
de los Frentes electorales en danza para el 2015, que podemos resumirlos en
tres: 1) Vertiente justicialista: oficialismo; Massa; De la Sota; 2) Partido
nuevo: PRO; 3) Frente UNEN: radicalismo y socialismo. Los parámetros de cotización
en el mercado de pases no son sutiles: cargos públicos asegurados, preferentemente
legislativos. En el caso de empresarios, prebendas del Estado. Para simular
debates ideológicos, con la televisión basta y sobra.
Arribar a
conclusiones sólidas, exige explicitar previamente las hipótesis de análisis;
caso contrario se puede discutir años sin arribar a un acuerdo. En este caso,
planteamos que un correcto funcionamiento de un sistema democrático exige tres
condiciones ineludibles:
1.- Partidos políticos sólidamente conformados, que
tengan continuidad en el tiempo, presencia territorial, y capacidad fáctica de
constituirse en opción de gobierno. De actuar como oposición, capacidad de control
cierto y coherente de las acciones de gobierno por un lado, y formulación de
propuestas por el otro.
2.- Sistema
electoral claro y ampliamente participativo, que no restrinja la capacidad de
elegir, distorsionando y/o falseando el valor del voto individual. (listas
sábana; candidaturas testimoniales; ley de lemas). Ello incluye establecer claras limitaciones y obligaciones de los candidatos,
para que una vez elegidos, aseguren la representatividad prometida a sus
votantes.
3.- Organismos de control del Gobierno eficaces e
independientes, entre los que se incluye la Justicia.
En la Argentina, lamentablemente no se cumple por
lejos con ninguno de estos requisitos. Asumir esta realidad, permitirá no solo comprender
el desarrollo político de los últimos veinte años, sino sospechar que a esta altura
de los acontecimientos será casi imposible evitar que esta matriz de
recurrentes fracasos se mantenga inmutable a partir de la elección del 2015. Por
ello en las últimas reflexiones recordamos las peligrosísimas similitudes entre
la crisis 2001-2002, y la que se proyecta para el 2015-2016, porque la
estrategia de salvación de la élite dirigente será la misma. Apelar a un “gobierno
de salvación nacional”, en donde políticos, empresarios y gremialistas se pondrán
patrióticamente de acuerdo, para que la clase media, pequeños empresarios y ahorristas,
empleados en general, jubilados, autónomos y desocupados, provean los recursos económicos
necesarios para retomar el camino de sostener a esas dirigencias inviables, y
al festival de enriquecimiento ilícitos impunes a costa del Estado. Dicho lo
cual, analizaremos en la próxima reflexión el estallido de UNEN.