miércoles, 26 de agosto de 2015

POLÍTICA Y FÚTBOL: SIMILITUDES INCREÍBLES

La imbricación existente entre la alta política y el negocio del fútbol es habitual a nivel mundial. Pero en materia de corrupción, no tenemos competencia. A partir de la implementación del Fútbol para Todos en agosto del año 2009, las fronteras público-privado se diluyeron, y la AFA se transformó en un Ministerio público más. Políticos, gremialistas y empresarios asociados en el saqueo de recursos presupuestarios, habituales en las obras públicas, concesión de servicios estatales y como proveedores de Estado, ampliaron sus horizontes laborales.

El programa nació cuando en el año 2009 la AFA solicitó a la empresa TSC,  contratada en exclusiva para la transmisión por cable de los partidos de primera división, un importante incremento en el canon anual estipulado, a lo que TSC se negó. Apareció entonces en escena el secretario general de Futbolistas Agremiados, Sergio Marchi. Llamó a un paro general de afiliados, invocando las deudas contractuales de los clubes con sus jugadores. De inmediato el Gobierno nacional ofertó 600 millones de pesos/año para la televisación abierta del fútbol, con actualización anual. El presidente de la AFA, hasta entonces uno de los “secuestradores de goles”, aceptó, rescindió unilateralmente con TSC, y firmó el convenio con el Gobierno. Desde entonces, pese a que las enormes deudas salariales de los clubes con los jugadores continúan, Marchi jamás llamó a un nuevo paro.

El monto previsto para el 2015 es de 1.450 millones de pesos; a valor oficial, 157 millones de dólares. El prometido saneamiento económico de los clubes no se concretó, y por el contrario, el fútbol entró en una debacle inédita en su historia. Evidentemente, saneamiento y negociados políticos-empresariales son incompatibles. Criticar solo el dispendio del Fútbol para Todos en publicidad oficial para manejar la opinión pública, encubre consecuencias más graves. Las dirigencias de los clubes se sembraron con políticos, gremialistas y empresarios ávidos de ganancias fáciles. La complicidad de los mal llamados organismos de control fue la habitual: AFIP (aportes),  Inspección General de Justicia (supervisión de las entidades), y Jefatura de Gabinete (control del dinero entregado a la AFA). La intervención directa del Estado en el fútbol provocó lo inevitable: pésima organización de los torneos, calendarios y horarios de partidos absurdos; ausencia de hinchadas visitantes, o partidos sin público; participación directa de barras bravas en los negociados; y como política pura, diez ascensos simultáneos de clubes de la categoría B a primera división. De pronto, la hecatombe.

En julio de 2014 muere Julio Grondona, 35 años presidente de la AFA, y 26 años vice de la FIFA. La habitual “unanimidad dirigencial” con Don Julio, se desconcertó. Si algo faltaba, en mayo de este año se produce en Suiza el arresto masivo de altos dirigentes de la FIFA y la Concacaf, bajo la acusación de organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero. Cuando se conoció que la denuncia no nació en Argentina, donde jueces como Oyarbide o Rafecas, entre otros, permitían que los acusados “creyeran en la justicia” o adujeran ser víctimas de “operaciones políticas”, sino en EE. UU. bajo la supervisión de la Secretaria de Justicia Loretta Lynch, cundió el pánico entre los altos dirigentes detenidos y prófugos. Varios se declararon culpables y colaboran con la investigación. Algunos ya reintegraron millones de dólares de las coimas percibidas. Blatter, tras 17 años conduciendo la FIFA, intentó un recurso criollo, y quiso ponerse al frente de la lucha contra la corrupción. No lo dejaron.

Los argentinos involucrados y presos, hasta el momento son tres. Uno de ellos, Alejandro Burzaco, de la empresa Torneos y Competencias, tiene contratos con el Estado argentino por 123 millones de pesos. Ante lo inevitable, la implacable justicia local se movilizó. La jueza Servini de Cubría desempolvó el expediente de la Auditoría de la Nación que denuncia la desaparición de 179 millones de pesos en el tránsito Jefatura de Gabinete–AFA. El fiscal Gonella, al frente del organismo que investiga lavado de dinero, tardíamente denunció a Burzaco por operaciones sospechosas.

Este caso, como tantos otros, demuestra que discutir en base a eslogans es irrelevante. Para los involucrados en el negocio del fútbol con fondos públicos, sin dudas existió la “década ganada”. Los candidatos Scioli, Macri y Massa, aún no explicitaron que harán para evitar que en el futuro la corrupción siga generando enorme riqueza para muy pocos. Para el tendal de pobres resultante, hay subsidios y programas sociales.


martes, 18 de agosto de 2015

EL CIUDADANO PIDE EVOLUCIÓN...Y LOS POLÍTICOS?

Las elecciones primarias abiertas (PASO) del 09 de agosto, permiten reflexiones que exceden lo numérico, con vista a la votación presidencial del 25 de octubre. Inicialmente, no se puede obviar la necesidad de modificar de raíz el obsoleto y corrupto sistema electoral, cada vez más alejado de la ciudadanía. Destacaremos cuatro aspectos.

1.- Inexistencia de partidos políticos
Ninguna de las tres alianzas más votadas (Frente Para la Victoria, Cambiemos y Una Nueva Argentina), superan los 12 años de existencia, Con una peculiaridad: el PJ residual perdió en la interna de UNA, y la UCR residual perdió en la interna de Cambiemos. Cuando esta realidad la personificamos en travestismos políticos, la crisis es manifiesta. En las sucesivas elecciones nacionales y provinciales, se producen los acuerdos más inverosímiles, o no tanto, si consideramos que la prenda de unión es cargo político asegurado. Si éstos no son suficientes, surgen alternativas escandalosas,  como las de legisladores al Parlasur.    
 
2.- Usar legítimas adhesiones políticas como marketing de captación.
Sin duda existen ciudadanos peronistas y radicales genuinos, y en muchos casos fervorosos, ajenos a beneficios políticos. Trabajan duramente; carecen de custodia y son robados o asesinados; tienen hijos sin expectativas de educación y trabajo digno, o posibilidad de ingresar al Estado sin padrinazgos. Electoralmente se los manipula como “puntitos” peronistas o radicales, a ser pescados con el anzuelo de la historia. No se les ofrece un futuro que les provea salud y educación pública en serio; seguridad real para sus familias; que no se angustien ante lluvias copiosas, y que definitivamente acabe con los ya numerosos funcionarios y jueces corruptos.

3.- La falta de opciones políticas concentra poder, y surge el Partido Único.
El poder político es un objetivo en sí mismo; y mantenerlo es un vicio inevitable. El único límite posible a continuidades conservadoras es la institucionalidad, que fué paulatinamente destruída desde hace 25 años.  No hay independencia de poderes; no hay organismos de control; abundan jueces cómplices con la corrupción; se promulgan leyes electorales agraviantes para minimizar el derecho del ciudadano a elegir. El domingo 09 de agosto todos sufrimos un sistema de votación arcaico y corrupto, cuyo “cuarto oscuro” semejaba a una estantería de supermercado, en la que había que ubicar con suerte las ofertas electorales. En la destrucción fueron cómplices supuestas oposiciones críticas hoy, y con prebendas, oficialistas mañana. Tamañas deformaciones confluyen en declamadas diversidades ideológicas  aunadas en un mismo objetivo: mantener el poder. Se unen entonces sin fisuras Kirchner, Scioli, Menem, “Chacho” Alvarez, Carlotto, Bonafini, Boudou, Milani, los ex radicales Zamora y Moreau, Insfrán, Sabatella, Lascurain, Cristóbal López, Spolski, Andrés Rodríguez (estatales), Gerardo Martínez (UOCRA), Curto, Oyarbide, Canicoba Corral,  y entre otros, Verbitsky, actualmente dedicado a la caza de pedófilos opositores. A esta enorme riqueza ideológica depredadora de recursos públicos, se conoce como Partido Único.

4.-  Estrategia electoral de alianzas
Los lamentos por la supuesta fallida alianza entre Macri y Massa, cuyas bases se desconocen, omiten antecedentes cercanos. Año 1999: alianza De la Rúa (radical), y Alvarez (peronista). Este último renunció, siendo uno de los responsables de la crisis del 2001-2002. Desde hace cinco años está becado por éste gobierno en el exterior (UNASUR). Año 2007: alianza Cristina Kirchner (filoperonista), y Cobos (separatista radical K). Cobos fue tildado de traidor por su voto “no positivo” en el Senado. Menem, que también votó en contra entonces, hoy es aliado del gobierno. Año 2015: candidatos radicales a gobernador en Jujuy, Tucumán, Formosa y La Rioja, concretaron la alianza Cambiemos-UNA. Las diferencias de votos obtenidos por Macri y Massa individualmente, con  los de cargos legislativos locales, en los que priman intereses personales, fueron enormes. Qué beneficios lograron Macri y Massa en particular? El propio Massa debió sufrir el oportunismo y travestismo político (Otahcehé, Giustozzi, Zúccaro).

En las primarias el FPV obtuvo 38,4 %; Cambiemos 30,0 % y UNA 20,6 %. Pareciera más razonable que Cambiemos y UNA realicen una intensa campaña para incrementar su caudal de votos a presidente, y acordar determinadas franjas para gobernaciones e intendencias, para forzar una segunda vuelta. Entonces sí, negociar un acuerdo de gobernabilidad e integración, sobre la base de propuestas concretas y transformadoras.


Mensaje del sagaz Maquiavelo para Macri y Massa: “Los príncipes irresolutos, para evitar los peligros presentes, siguen la mayoría de las veces el camino de la neutralidad, y la mayoría de las veces fracasan”. Dejen al ecuatoriano Durán Barba y al peruano Bendixen en el hotel, y recíbanse de estrategas.

miércoles, 12 de agosto de 2015

TAREA DE LOS "PUNTITOS" HASTA EL 25 DE OCTUBRE

En la reflexión de la semana anterior citamos una antológica escena de la película “El tercer hombre”, en la que Orson Welles desde lo alto de una montaña rusa en Viena, describía a quienes transitaban por el parque de diversiones como “puntitos” irrelevantes. Pareciera una imagen adecuada para describir a quienes los candidatos, en instancias electorales y con su mejor sonrisa, llaman pueblo, ciudadanos, amigos, argentinos. Es el momento mágico en el que millones de “puntitos” anónimos y alejados de esferas de poder, se materializan en lo más anhelado por los políticos: votos.

Esta momentánea revalorización hay que usufructuarla para no someterse pasivamente a propagandas de campaña aturdidoras y costosas, sustentadas en un intangible riesgoso: promesas. Que por añadidura, nacen de las mismas dirigencias imbricadas desde hace 25 años con los recursos del Estado;.no solo políticas, sino empresarias, gremiales y judiciales. Esta continuidad se apoya en trayectorias políticas sinuosas basadas en personalismos; en  feudalismos provinciales o municipales que mantienen vigente el término cacique; en una cleptocracia (institucionalización de la corrupción), que alcanza a demasiados altos y medianos funcionarios públicos, apañada por la justicia federal. Ante este panorama, sorprende que la rimbombante terminología utilizada para caracterizar ideologías o degradar adversarios, haya omitido el uso del término “conservador”, usual a fines del siglo XIX y principios del XX. Muchos eternos dirigentes responden claramente a esta caracterización, aunque proclamen su fe popular, de izquierda o revolucionaria. Sus objetivos son “conservar” privilegios, poder, riqueza. Como consecuencia, no son casuales las recurrentes crisis económicas, que provocaron una maduración del electorado en general. Generalmente a los golpes, sean físicos (víctimas de delitos), al “bolsillo” (bajos salarios y  jubilaciones, desempleo), o de oportunidades de progreso (enseñanza pública, igualdad de oportunidades).

Hasta el 25 de octubre, la única defensa que tendrán los “puntitos” más allá de preferencias políticas, será la de exigir en forma clara y concreta un plan de acción de gobierno en aspectos trascendentes, resaltando las acciones a implementarse en los primeros 100 días de gobierno (se suponen sesiones extraordinarias legislativas en enero de 2016). Ello evitará o minimizará que la “fe y esperanza” de los candidatos, repita el patriótico acuerdo político de enero de 2002, a días de la renuncia de De la Rúa. Produjo una vez más una enorme incautación de ahorros de los “puntitos”, un fenomenal desempleo, y los ya recurrentes salvatajes y estatización parcial de deudas de grandes grupos económicos, nacionales y extranjeros.

Recordar la experiencia del año 2002, es oportuna para desactivar un concepto falaz instalado en casi todos los análisis políticos, sean oficialistas u opositores: el del “clientelismo” relacionado exclusivamente con los pobres. El engaño consiste en que los oficialismos, en lugar de brindar subsidios como instrumento para el desarrollo de los más vulnerables, y acompañarlos en el objetivo, los utilizan para crear dependencias. Los opositores por su parte, intentan justificar fracasos electorales o su falta de consistencia política, en el “clientelismo” oficialista. Los “puntitos” más pobres se transforman entonces en recursos electorales. Vocifera el eterno político “conservador” enriquecido en la función pública: “Mi contrincante te sacará los subsidios…” Sin embargo, esta ecuación es falsa. El mayor nivel de subsidios y clientelismo, con su impacto presupuestario, se produce en altos niveles políticos, usualmente con empresarios asociados. Tomemos Formosa; el subsidiado es el necesitado que recibe bolsones de comida y ropa para subsistir, o la empresa inexistente The Old Fund, contratada en el 2009 por el gobierno de Insfrán por 7,6 millones de pesos, para negociar una deuda provincial con la Nación?  Es mayor el subsidio de quien recibe la Asignación Universal por Hijo, o el que posibilita que políticos oficialistas u opositores siembren la administración pública de esposos/as, hijos/as, hermanos/as, amigos/as, con altos salarios, solucionándoles supuestos problemas de desocupación familiar?  


En la próxima reflexión analizaremos brevemente el escenario que arrojó la primaria del último domingo, para de ahí en más incursionar en temas concretos de gobierno. Pero con la imagen cercana de la votación primaria, formulemos el primer reclamo: el actual sistema de votación con la tradicional “papeleta” es verdaderamente agraviante para una democracia. Exijamos que para el 2017, se deberá implementar el voto electrónico y lista única en todo el país.

miércoles, 5 de agosto de 2015

EL DOMINGO VOTARÁN MILLONES DE "PUNTITOS"

La película “El tercer hombre” es un clásico policial del año 1949, que se desarrollaba en la Viena de posguerra. Con guión de Graham Green, es interpretada entre otros por Orson Welles, en el rol de Harry Lime.  Este le ofrece a Martins, un amigo de la infancia desocupado que vive en Estados Unidos, que trabaje con él en Viena. A su arribo, Martins se entera que Lime murió atropellado por un auto, y asiste presuroso a su entierro. Posteriormente la policía le informa que Lime traficaba penicilina en el mercado negro, adulterándola para maximizar ganancias. Ello  causó centenares de muertes, en especial niños. Avanzada la trama, al descubrir que Lime había simulado su muerte, Martins consigue contactarlo para reunirse con él en el Prater, que es el parque de atracciones más antiguo del mundo. Llega Lime, y para conversar a solas suben a un carro de la famosa Noria Grande (montaña rusa). Martins le reprocha las víctimas inocentes de su negocio, y Lime, observando a 65 metros de altura a quienes transitan por el parque, le responde: Víctimas? Mira ahí abajo; de verdad sentirías pena si un punto de esos dejara de moverse para siempre?

Esta escena es adecuada para describir la relación de la política con las muchedumbres; o sea de los pocos (identificables), con los muchos (anónimos, aún cuando se recuerde un rostro o nombre de pila). A lo largo de la historia, las formas de comunicación del poder con sus súbditos se adaptaron a los medios disponibles. Los grandes monumentos de la antigüedad era uno de ellos: mostraban a propios y extraños el poder de quienes los construían.  Los avances tecnológicos en el siglo pasado posibilitaron la comunicación con millones de personas, en forma simultánea y a distancia. Surgió entonces la actual propaganda política, que interacciona tecnología, psicología y estrategia. En la Segunda Guerra mundial se establecieron sus principios básicos,  que se mantienen inmutables en la actualidad. No reconocen diferencias ideológicas o de poder: los aplicaron por igual el nazismo, el comunismo y los aliados. En la actualidad se destacan dos conceptos: marketing, que es la acción para aumentar la demanda de un producto (en este caso el candidato), e imagen, cuya liviandad ya la definía Maquiavelo en El Príncipe hace más de 500 años: “todos ven lo que pareces ser, mas pocos saben lo que eres”.

La actual campaña se enmarca en dos condiciones distintivas y reiteradas que nos diferencia de nuestros países vecinos, y de las democracias evolucionadas en general: 1) la permanencia de los mismos dirigentes en distintos ámbitos, desde hace 25 años. 2) la más grave, relacionada con la anterior, es la desaparición de partidos tradicionales, diferenciados y con extensión territorial. No es casual entonces el permanente vaivén de políticos entre distintas agrupaciones, acorde a intereses exclusivamente personales. Muchos de ellos, son pertinaces fundadores de mini emprendimientos partidarios, a fin de encabezarlos y negociar con partidos de mayor caudal electoral, fachadas de diversidad ideológica. Los rótulos abundan: peronista, radical, socialista, progresista, renovador, popular, izquierdista, federalista, y la reciente confesión de Martín Lousteau: social demócrata. Todos ellos, asegurada su permanencia en cargos públicos excelentemente rentados, nos expresarán al unísono la necesidad de “lograr la unión de todos los argentinos”. Las tenues promesas de quienes, responsables de nuestras sucesivas crisis nos prometen “un futuro mejor”, podría asombrarnos. O recordarnos a Mussolini, cuando para el manejo de masas planteaba: “El hombre moderno está asombrosamente dispuesto a creer”.

Los partícipes en las etapas previas a una elección no son los “puntitos” que describía Harry Lime. Por ello deberemos evitar que los mensajes optimistas e imágenes edulcoradas de campaña anulen nuestra capacidad de razonamiento y análisis crítico. Tras los prometedores y conocidos rostros identificables de siempre, se encolumnan entre otros, viejos políticos, empresarios, gremialistas, jueces, intelectuales, periodistas, todos ellos reconocibles, que desean seguir alimentándose del néctar prebendario del Estado.

Los millones de “puntitos” que votarán el domingo, los conforman desocupados, obreros, empleados, agricultores, comerciantes, pequeños y medianos empresarios, profesionales, cargos gerenciales, emprendedores inmobiliarios……