miércoles, 30 de octubre de 2013

COMIENZA UNA LARGA CAMPAÑA PRESIDENCIAL

El título, contra lo que cabe suponer, de ninguna manera pretende sumarse al coro de los diversos analistas políticos, que con mínimos matices, plantean solo dos aspectos relevantes emergentes de la reciente elección legislativa: 1) concluyó el ciclo peronista kirchnerista; 2) se largó la carrera entre supuestos “presidenciables”.

Más allá de precandidaturas, llegar de la mejor manera al recambio presidencial en diciembre de 2015 exigirá la implementación de acciones políticas y reformas estructurales de corto plazo ineludibles en diversos campos: partidario; económico; legislativo y judicial. La reciente campaña abundó en los habituales ejercicios declamatorios, propagandas vacías de contenido, cotillón más acorde a fiestas de egresados, y como es habitual, carencia total de propuestas concretas. Casi como un rezo laico, todos los candidatos, oficialistas o “supuestos opositores”, expresaron haber escuchado “los reclamos de la gente” por seguridad, inflación y corrupción, entre otros. El término “supuestos opositores” no es una ironía. La historia política de los últimos años muestra la creciente tendencia a la anomia partidaria, y traición de muchos legisladores al mandato de representación de quienes lo votaron. El arcaico término “contubernio político” usado por los radicales en las primeras décadas del siglo XX, fue reemplazado en la modernidad por el más sofisticado de “transversalidad”.

Los recientes guarismos electorales posibilitan variados análisis, no para catalogarlos como curiosidades o sorpresas, sino como indicativos de una creciente distorsión del funcionamiento del sistema político vigente, que repercutirá fundamentalmente en las estrategias confusas que puedan adoptar quienes tengan expectativas presidenciales, y más grave aún, en el nivel de conflicto político-social de los próximos dos años. Las expectativas presidenciales son monopolizadas hoy por gobernadores y Jefe del Gobierno de la Ciudad (quienes pusieron a sus candidatos al Congreso a dedo), y legisladores nacionales. El desafío que afrontan es el de abandonar sus discursos propios de comentaristas políticos, y actuar conforme a sus responsabilidades, para ser evaluados día a día por sus proyectos, difusión de los mismos para obtener consensos sociales, y finalmente, a la hora de la verdad, ver como votan en el Congreso quienes representan los diversos alineamientos políticos. A manera de ejemplo, recordemos una promesa tan unánimemente reiterada como incumplida: “lucharemos contra la corrupción”. A partir de ahora, los precandidatos deberán exhibir hechos concretos.

La inmensa mayoría  de los ciudadanos no vive de la actividad política, por lo que sus cotidianeidades, alegrías y frustraciones no discrimina entre peronistas, radicales, socialistas, izquierdas o derechas.  Los votos cautivos disminuyen aceleradamente con el tiempo, por lo que los porcentajes de adhesión fluctúan en forma considerable, incluso en breves períodos de tres meses. Lo sabe la clase política, y por ello crean sistemas electorales cada vez más limitativos de la libertad de elegir, y mantienen la lista llamada sábana. Pese al contexto, evitar que sectores mesiánicos se sientan únicos capacitados para gobernar un país y generen sus propias oposiciones para continuar en ejercicio del poder, no depende del ciudadano que circunstancialmente les da su voto, sino de quienes deben generar opciones opositoras a nivel nacional ciertas, creíbles y consistentes en lo programático y numérico, que brinden la posibilidad de alternancia de gobierno.

Plantear este cuadro de situación, servirá para evaluar el accionar político de los precandidatos y sus entornos, antes que embarcarnos en el tramposo juego de distracción basados en las veleidades de políticos más propensos a prometer el mañana, que a mostrar acciones concretas hoy. Si se comparte el diagnóstico, la ciudadanía y sus representantes deberán aunar esfuerzos para establecer una agenda de identificación de temas prioritarios y propuestas de solución, que culmine con la aprobación de las leyes necesarias para sus implementaciones durante el próximo año, considerando que en el 2015 los candidatos en campaña, emplearán su tiempo en, nuevamente, “escuchar los reclamos de la gente”, postergando las tareas legislativas.

Establecido lo realmente importante para el país en lo inmediato, en la próxima semana reflexionaremos sobre los últimos resultados eleccionarios, desde lo numérico, las alianzas presentadas, y posturas de algunos candidatos.


 


miércoles, 23 de octubre de 2013

ABÚLICA CAMPAÑA ELECTORAL

La veda de campaña obligatoria pocos días previos a los actos eleccionarios, pretende establecer un mínimo espacio de reflexión, sin que el ciudadano esté sometido a un bombardeo propagandístico sustentado en frases, imágenes y promesas carentes de sustento y credibilidad. Sin embargo serán estas promesas el punto de partida para analizar el devenir político durante los próximos dos años.

Como en democracia cada ciudadano aporta un voto, debemos considerar que para esta tarea están capacitados por igual los distintos estratos sociales. Es fácil hacer hincapié en el asistencialismo político a las clases más pobres como forma de subyugación política y subvaloración de su entendimiento, pero poco se habla del asistencialismo con fondos públicos a sectores empresariales prebendarios, que por el alto contenido de corrupción que conlleva, tienen efectos nefastos para una sociedad; entre otros, el de seguir teniendo altos índices de pobreza.
  
La elección legislativa próxima encierra una paradoja: por un lado, más allá de la derrota del gobierno, este mantendrá todos los instrumentos necesarios para gobernar en base a sus decisiones; por el otro, la nueva conformación legislativa que en nombres no será tan nueva, abre un desafío impostergable tanto para el oficialismo como para supuestos opositores: reformular el sistema de representación política; reconstruir partidos serios de extensión territorial nacional, e implementar un proyecto de desarrollo político-económico-social de mediano y largo plazo. El mediano plazo será desde el 10 de diciembre de 2013 al 10 de diciembre de 2015, fecha en que se producirá el recambio presidencial, de gobernadores  y  parcialmente legislativo.  Cada uno de estos aspectos merecerá amplios análisis en su momento.

El lunes 28 de octubre, las preocupaciones y expectativas de quienes votarán a las opciones peronistas kirchnerista, massista o desnarvaeista, radical, socialista, izquierda o centro derecha, serán exactamente las mismas. Por ello, ante la crisis de representación que causó el abandono de los partidos como intermediarios imprescindibles para el acceso del pueblo al gobierno, los ciudadanos deberán generar instrumentos creativos y pacíficos para movilizar a sus políticos por el camino del interés común, dado que usualmente les es más fácil actuar en base a personalismos, que cumplir con el rol democrático de representar reclamos legítimos de mayorías, ya no en lo dialéctico, sino en lo concreto.

Como reflejo de la abulia que rodeó la campaña, destaquemos solo algunas de las contradicciones exhibidas en el breve plazo transcurrido entre los resultados de las PASO del 11 de agosto, a la fecha.

1.- Ante el sorpresivo lanzamiento de Massa en las PASO, Scioli señaló que las internas debían resolverse dentro del Partido Justicialista. Omitió decir que él es el presidente, y que desde que lo conduce está paralizado, al punto que la justicia electoral le retiró la personería jurídica.

2.- Massa, de exitoso intendente de Tigre, pasó a ser representante del neoliberalismo. Scioli, acusado de neoliberal, se transformó en adalid del modelo nacional y popular.

3.- El candidato Insaurralde, unido firmemente a la imagen presidencial en la campaña para las PASO, pasó en esta etapa a estar firmemente adherido a la imagen de Scioli. En ambos casos, subestimando los eventuales méritos de Insaurralde.

4.- Tanto Massa como Insaurralde, y candidatos peronistas en general, descubrieron luego de más de cinco años que los índices del Indec no reflejan la realidad, y que el problema de inseguridad (sería más claro definirlo como del delito), es creciente.

5.- Como la necesidad tiene cara de hereje, los candidatos oficialistas reconocieron que volcar cuantiosos fondos públicos en medios de comunicación y periodistas complacientes no generan por  sí resultados exitosos. En consecuencia, acudieron en tropel a los medios de comunicación de “la Corpo” para ser reporteados.

No es casual centrarse en Massa e Insaurralde, pues por pertenecer ambos al mismo partido gobernante, exhiben las mayores contradicciones, o si se prefiere, cinismos en sus discursos. Sin embargo los llamados “opositores” asumen la mayor inconsistencia, al formular promesas que exceden sus posibilidades , al haber atomizado la representación partidaria al punto que hacen imposible hablar de alternancias democráticas de gobierno, sustrayéndoles a los ciudadanos la posibilidad de elegir. Solo intentan mantener sus bien remunerados cargos legislativos.

No debe extrañar entonces que las pobres propagandas electorales nos retrotraigan a una frase de Maquiavelo de hace más de 500 años, referida a la relación del príncipe con sus gobernados: “Pues los hombres, en general, juzgan más con los ojos que con las manos, porque todos pueden ver, pero pocos tocar. Todos ven lo que pareces ser, pero pocos ven lo que eres”.


miércoles, 16 de octubre de 2013

LA PUBLICIDAD TAMBIÉN ES UNA LISTA SÁBANA?

Ante la próxima elección nacional legislativa, resaltábamos en nuestra última reflexión que las sucesivas reformas electorales tienden a limitar cada vez más las opciones que los ciudadanos tienen de elegir, y en los casos más extremos de incumplimientos de la ley, se cuenta con la pasividad y/o complacencia de la justicia electoral. Es justo señalar que en esta limitación de la democracia, coinciden tanto oficialistas como opositores.

Ello explica parcialmente la creciente distorsión del sistema de representación, que se manifiesta en tres consecuencias interrelacionadas: 1) la permanencia de los mismos políticos a través de distintos gobiernos; 2) la disolución de los partidos con extensión territorial, o sea partidos nacionales; 3) la falta de programas de gobierno explícitos, y en el caso de los legisladores, de proyectos de ley explícitos con posibilidad de implementarlos.  Un excelente ejemplo de esta realidad es prestar atención al contenido de los mensajes publicitarios.

La llamada propaganda política como la conocemos hoy aparece en la primera mitad del siglo XX, previo a la Segunda Guerra Mundial, con el desarrollo de medios tecnológicos que permiten comunicar y formar opinión a distancia y a escala masiva. Ello obligó a los países en guerra, a desarrollar reglas de comunicación sofisticadas como elemento estratégico militar, dando lugar a una permanente lucha de propagandas y contrapropagandas, en donde la verdad no era lo sustancial, sino el impacto emotivo y psicológico en las masas.   Un excelente trabajo al respecto es un breve libro de Jean-Marie Domenach llamado “La propaganda política”, publicado en París en 1950, y reeditado en nuestro país por EUDEBA en 1962.

Pasada la guerra e ingresados en la etapa del consumismo, los principios básicos de la propaganda se mantuvieron, pero aplicados a productos comerciales y empresas, en el marco de un sinnúmero de estrategias e instrumentos de análisis de mercado resumidas en el  término “marketing”. Casi simultáneamente, inicialmente en Estados Unidos, estas metodologías fueron trasladas al campo de la política bajo la denominación de “marketing político”,  contando los candidatos en sus equipos con costosos especialistas en esta actividad, muchos de ellos extranjeros. El fenómeno es de carácter mundial e inevitable, por lo que deberemos interrogarnos acerca de cómo analizar las propagandas desde el punto de vista del votante, quien deberá optar por la propuesta  electoral que entienda más favorable para su futuro y el del país, soslayando el deslumbramiento visual.

Todo publicista dirá que una excelente campaña no podrá sostener en el tiempo a un mal producto. Eventualmente promoverá su consumo, pero si al usuario no le satisface dejará de comprarlo, y consecuentemente provocará su fracaso. Lamentablemente en política el desarrollo no es tan lineal, básicamente por la ausencia o limitación de información del producto (candidatos - programas), y restringidas opciones de compra en el supermercado político (listas sábana).

Un excelente ejemplo de esta distorsión es el reciente spot publicitario del candidato del Frente Para la Victoria,  Martín Insaurralde, elaborado por el prestigioso creativo Ernesto Savaglio, recordado entre otras, por la publicidad gráfica de hace más de veinte años bajo el título “Carrefour tiene los huevos por el suelo”, en relación al muy bajo precio de los huevos.  La propaganda causó revuelo y fue rápidamente levantada, pero cumplió ampliamente con el objetivo de dar visibilidad al supermercado. Obviamente esta frase no hubiese sido adecuada para aplicarla al votante el próximo 27 de octubre.

En el spot de Savaglio se presenta un álbum fotográfico familiar de Insaurralde, mostrando a sus padres e hijos. Claro está que ninguno de ellos es candidato a legislador, por lo que cabe preguntarse si no es más importante destacar ante el ciudadano que en su lista intentan renovar banca Recalde, Carlotto, Kunkel y Diana Conti. Tampoco los ímpetus renovadores de Massa  clarifican la razón que tenga en posición expectante en su lista a Felipe Solá, De Mendiguren y un nuevo converso, Adrián Pérez. O que en los primeros puestos de la lista de De Narváez intenten renovar Plaini, Rucci y Ferrari. O que Unen la encabecen nuevamente Stolbizer y Alfonsín. Menos aún se aclara cómo es posible que quienes ya estuvieron con destacadas responsabilidades políticas en el pasado, se presenten ahora como adalides de un cambio a futuro. Estas dudas no tendrán respuesta por parte de los ciudadanos el 27 de octubre, porque con el sistema intocable de lista sábana no tienen ninguna posibilidad de rearmar las listas de legisladores según sus preferencias.

Tampoco los candidatos presentan programas y compromisos concretos ante la sociedad, que haga realidad el denominado contrato social entre legisladores y sus representados. Todos coinciden en expresar que “mantendrán lo bueno y cambiarán lo malo”, sin clarificar que es “lo bueno y lo malo”. Por ello en lo inmediato, nuestras expectativas una vez más, será conocer las medidas que adoptará el gobierno luego de la elección, que por sus implicancias no se atreve anunciar previamente.  

Pese a las limitaciones intencionadamente creadas por una clase política casi hereditaria, el voto es el instrumento más poderoso que tiene un pueblo para expresarse. Se deberá concurrir el próximo 27 a las urnas con entusiasmo, pero alertados  que habrá un arduo trabajo ciudadano en los próximos dos años, para llegar de la mejor manera al recambio presidencial en el 2015. Mientras tanto, los pobres publicistas solo podrán intentar crear climas simpáticos, con colores vivos en los afiches, apelando a frases permanentemente incumplidas: “Combatiremos la corrupción”; “ Queremos vivir sin miedo”; “Vamos todos juntos”. Sin embargo, la mediocridad no es culpa de los publicistas.



miércoles, 9 de octubre de 2013

A QUIÉNES PERTENECEN LAS BANCAS LEGISLATIVAS'

La caída del gobierno de la Alianza en el año 2001, produjo una crisis institucional y eclosión de la representación política que no solo perdura, sino exhibe al amparo de leyes electorales que limitan cada vez más la posibilidad de elegir, signos de creciente deterioro de los partidos políticos, y en la actuación de los legisladores como expresión de la “voluntad popular”.   

No debe sorprender entonces la permanencia de métodos anacrónicos de elección, como boletas dispersas en los cuartos oscuros que repiten nombres de candidatos, llamadas colectoras; ley de lemas que permiten que el voto a determinado candidato pueda ser sumado a otro candidato; candidaturas testimoniales en las que quienes encabezan las listas anuncian que no asumirán la banca; reserva de cargos a futuro, como la presentación a senador por el Chaco del gobernador Capitanich, para asumir dentro de dos años; y la incombustibilidad de las “listas sábana”, que permite que los jefes de las agrupaciones armen las listas según intereses personales, que entre otros efectos genera la integración cada vez mayor de familiares directos de candidatos en las listas, sin que el afiliado participe internamente ni el votante pueda modificar en la urna el “paquete cerrado”. Todo ello, bajo el silencio absoluto de la Justicia Electoral en caso de  transgresiones (partidos que no cumplen con los requisitos para ser considerados como tales; domicilios falseados para poder presentarse en distritos en los que el candidato no tiene la residencia necesaria, entre otros incumplimientos).

Pero lo grave por ser cada vez más recurrente, es que legisladores que acceden al cargo por un partido, transcurrido un tiempo lo abandonan, utilizando su banca para apoyar de manera sistemática otras opciones, habitualmente del oficialismo, dando por tierra el principio democrático de que el legislador debe responder al mandato popular de quienes lo votaron. Eludiremos en esta reflexión las corruptelas que encierran estos travestismos políticos, popularmente conocidos como “borocotización”, para incursionar en los justificativos esgrimidos por los conversos, porque es imprescindible que se legisle al respecto en los próximos dos años, para desterrar definitivamente éste engaño.

Para ello es oportuno tomar como base de análisis una opinión del actual senador Samuel Cabanchick, publicada en enero de 2012 en el diario Clarín, titulada “Las bancas son de los representantes”. Valoriza la opinión de Cabanchik que sea un ejemplo del problema a tratar, por haber sido elegido en representación de la Coalición Cívica, y una vez asumida la banca creó un bloque unipersonal, votando habitualmente en consonancia con el oficialismo. Además su condición de filósofo, hace suponer un sólido sustento intelectual en su argumentación.

Pretende el senador Cabancich esclarecer a la opinión pública acerca de la interpretación del artículo 54 de la Constitución Nacional, que establece que en la distribución de las bancas de senadores electos dos pertenecen “al partido” político más votado, y la restante al segundo más votado. Pese a lo taxativo de lo enunciado, Cabancich afirma que como integró una alianza electoral de partidos e independientes, no se define quienes son, dentro de la lista,  los verdaderos partidos representantes de la propuesta electoral presentada en sociedad. Tan absurda interpretación lo lleva a concluir que en una alianza, cada uno de los sectores que la integran responden “a su propuesta”, y no necesariamente a la plataforma oficializada. Continuando con esta línea de pensamiento, Cabancich afirma que “no hay tribunal posible que pueda determinar, como si se tratase la resolución de un algoritmo, el grado de fidelidad a una plataforma electoral”. Concluye el senador Cabancich con un intento de justificación ètica a su postura, afirmando que…”pretender que los representantes sean meros ejecutores de mandatos generales contenidos en las plataformas políticas, a menudo inevitablemente de significado vago, es antidemocrático y reñido con el sistema representativo de gobierno”.

Elude el senador Cabancich plantear la alternativa más razonable y digna,  en caso que el legislador no se considere contenido o no concuerde con la lìnea política seguida por el Partido que le permitió acceder a una banca: presentar la renuncia, y dar lugar al suplente. Por otra parte existe una evidente contradicción entre la libertad de criterio individual a la que alude Cabancich, con la permanencia férrea de las listas llamadas “sábana”, que conspira contra la libertad individual de elegir del votante, y que ningún sector político propuso modificar.

Sin embargo debemos valorar que Cabancich haya planteado  su opinión en forma pública, más allá de su pretensión de justificar el usufructo de la banca tras el abandono de la Coalición Cívica, pues instaló un debate que la clase política  elude. Debate no menor por otra parte. Si hacemos lugar a la fundamentación de Cabancich, los ciudadanos, independientemente de su ideología política, deberían preguntarse acerca del valor de su voto el próximo 27 de octubre: servirá para elegir a quienes deberán delinear y aprobar en los próximos dos años leyes que mejoren su calidad de vida, o testear posibles candidatos a presidente en el año 2015? Una respuesta la puede brindar los spots publicitarios, que analizaremos en la próxima reflexión. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

EL AÑO 2015 COMIENZA EN EL 2013

El 27 de octubre se realizarán las elecciones nacionales legislativas que esbozarán el escenario político hasta arribar a la elección de un nuevo presidente en el año 2015. Pese a la grandilocuencia épica habitual de una campaña electoral empleada por el oficialismo y supuestas oposiciones, el contexto no difiere de los reiterados vicios electorales exhibidos en elecciones pasadas.

El peronismo elude la selección de sus candidatos en internas partidarias, trasladando su puja a la sociedad en su conjunto, con la conformación de un sector no bendecido por el gobierno que pretende exhibirse como una versión nueva y superadora del propio gobierno que los cobija. La conformación de listas sábana reitera el engaño de intentar exhibir una amplia pluralidad de sectores sociales y políticos, cuando en realidad las integran figuras desgastadas en el tiempo por sus fluctuantes conductas, guiadas mas por intereses personales o sectoriales, que por avalar proyectos políticos serios y con voluntad de implementarlos. Entre muchos ejemplos, cabe mencionar a Felipe Solá, Ignacio de Mendiguren o Adrián Pérez. A este último su inclusión en la lista de diputados de Massa lo convenció que esta alternativa superaba a la de la Coalición Cívica, de la que fue una de las caras más visibles en la última década.

Tampoco se reniega de utilizar figuras populares como deportistas, artistas, árbitros de fútbol, para que sus carismas disimulen la falta de proyectos de leyes concretos y de trabajo de base permanente en los ámbitos sociales en los que las agrupaciones que representan intentan obtener votos.

El oficialismo por su parte, mantiene férreamente la metodología que las listas de legisladores en todo el ámbito nacional deban contar ineludiblemente con la conformidad presidencial. El resultado está a la vista. La reciente aprobación del presupuesto nacional del año 2014, se complementó con la injustificable prórroga de emergencia económica votada por la mayoría de los diputados provinciales, pese a que resta recursos y capacidad de decisión a cada una de sus provincias. Una vez más queda demostrado que la desigual distribución de fondos coparticipables entre la Nación y las provincias no es responsabilidad del Ejecutivo, sino de los legisladores provinciales que lo posibilitan.

La circunstancial oposición no peronista (Perón afirmaba socarronamente que en el fondo todos somos peronistas), mostró un caso que abre un interrogante a futuro: la conformación de UNEN en Capital Federal, posibilitando que la sociedad explicite con su voto las preferencias para la integración final de listas de diputados y senadores, entre un conjunto de reconocidos políticos. En un sistema tan cerrado y sectario de candidaturas por parte de las agrupaciones, el ejemplo es alentador. Sin embargo debemos tener los pies sobre la tierra, y no creer en la zalamera frase de que la unión se realizó en respuesta “al reclamo de la gente” en sus masivas autoconvocatorias. En lo inmediato, la estrategia fue motivada para incrementar la posibilidad de acceso a bancas, antes que por ratificar este espacio a futuro. Tal el caso de Pino Solanas y Elisa Carrió, mutuamente críticos ayer, y en etapa de “noviazgo” hoy. Pero quedó plantada la semilla de que políticos interesantes y sin prontuario, puedan aportar a futuro con su conocimiento propuestas legislativas trascendentes, y un programa de gobierno para el 2015. Ilusiona la integración de figuras jóvenes y de sólida formación profesional, como Prat Gay y Loustau.

Sistemas electorales cada vez más limitantes de la voluntad popular, cada dos años nos hace pensar que en realidad votamos a quienes ya nos demostraron que no van a cumplir con lo que prometen, repitiendo un dilema que se agrava con el tiempo, y que la clase política se niega a resolver, aumentando el divorcio entre ellos y la sociedad argentina. Ya en 1762, en su obra “El contrato social”, Rosseau planteaba el concepto de “voluntad popular”, en donde el pueblo es representado por el legislador como delegado de dicha voluntad. Para ello se presentan en el marco de partidos con compromisos programáticos concretos.

Pero los reiterados casos de travestimos políticos una vez obtenida la banca, basados en beneficios personales, cuando no lisa y llanamente en acuerdos inmorales, y burlando a quienes lo votaron cambian de agrupación, conforman mini bloques sin sustentos legales, o tienen permanentes ausentismos al Congreso, entre otros vicios, cabe preguntarse: a quiénes pertenecen las bancas? A los legisladores o a los partidos? En uno u otro supuesto, cuáles deberían ser los marcos legales que protejan la independencia de un legislador, pero a su vez sancionen el engaño a quienes los votaron y representan?

De no legislarse de manera urgente al respecto, la actividad política continuará degradándose, al punto que para ser escuchado solo quedará el recurso de sumarse a las marchas de ciudadanos autoconvocados, que careciendo de institucionalidad, crecen en legitimidad. En la próxima reflexión ahondaremos el debate acerca de a quién pertenece una banca legislativa.

Lo que queda claro, es que para llegar de la mejor manera al recambio presidencial en el año 2015, hay muchas transformaciones estructurales a realizar, y los comportamientos de quienes hoy en campaña prometen, deberán ser minuciosamente analizados día tras día, ya sean oficialistas u opositores.