miércoles, 15 de mayo de 2019

JUEGO POLÍTICO DE MESA

Posiblemente todos hayamos participado en juegos de mesa. Vienen en cajas que contienen un tablero base, con circuitos de juego entre puntos de partida y llegada a las metas, cubilete con dados para los movimientos de las fichas de cada jugador, y reglas claras de juego. Por unas horas imaginamos actuar como estancieros, inversores, pilotos de carrera o estrategas bélicos. Pero no existe un juego que nos transforme en políticos no rentados, en el que triunfe quien en base a sus análisis y estrategias de juego, tenga la mayor aproximación a la configuración electoral que se oficializará el próximo 22 de junio, fecha de cierre de listas de candidatos. Para una atractiva comercialización, el juego podría llamarse “Consensos patrióticos”. 

Sin límite de jugadores, el punto de partida se llamará “Ansiedad”, y el de llegada “Alianzas y candidatos”. El juego concluirá una semana antes del 22 de junio, y los pronósticos de cada jugador que haya arribado a la meta se guardarán en sobre cerrado hasta la oficialización de partidos y candidaturas. El puntaje según los aciertos serán: 1) Fórmula presidencial 30 puntos; 2) Primer senador 20 puntos; 3) Primeros cinco diputados nacionales: 3 puntos por acierto. En cada una de las fichas del juego a utilizarse libremente para que cada jugador realice sus propias combinaciones, figurará una frase política conocida. Los participantes tendrán además una única posibilidad de asociarse con otro jugador invocando un “Consenso patriótico”, para intercambiar sus fichas y avanzar ambos como equipo. Como en todo juego habrá una ficha comodín, que llevará la inscripción “Unión virtuosa de peronistas, radicales, socialistas, progresistas, izquierdas y derechas, en contra de..……”. Previo al inicio del juego cada participante deberá llenar la línea de puntos con una de estas tres opciones: Cristina, Macri o ambos. Una vez definido en contra de quién se jugará en el “Consenso patriótico”, el jugador no podrá modificar su comodín aunque aduzca problemas de salud. Hay un casillero muy temido, pues caer en él significará la eliminación instantánea. Contiene el siguiente consejo de Maquiavelo: “Si las tropas con la que un príncipe defiende sus Estados son mercenarias, no estará nunca seguro, porque son inútiles y ambiciosas”. 

Las fichas con frases políticas reconocidas que actuarán como vehículos para transportar hasta la meta los pronósticos de cada jugador o jugadores patrióticamente asociados, serán 16: “No soy de Cambiemos” (Lousteau); “La gente no sabe que vivimos en un país inmenso, con todas las riquezas, pero tenemos una dirigencia de mierda” (Duhalde); “Que Cristina vuelva a ser presidenta depende más de Macri que de ella” (Rosana Bertone); “Si Cristina vuelve a ser candidata es por culpa del Gobierno” (Stolbizer); “Hay cosas que dan vergüenza del gobierno de Cristina, pero más de Macri” (Solá); “No podemos seguir sin trabajar; no podemos seguir cobrando lo que cobramos. Damos vergüenza” (Graciela Camaño); “Quiero ser presidente o ayudar a construir una nueva mayoría para derrotar a Macri” (Sergio Massa); “Hay una palabra que se llama ajuste y otra que se llama crecimiento” (Lavagna); “Que Cristina vuelva, pero sin chorros” (Juan Grabois); “Si deja Cambiemos, podemos sumar a Lousteau a un gran frente contra Larreta” (Mariano Recalde); “Si fuera presidente, indultaría a los empresarios afectados por los cuadernos” (Duhalde); “Cristina Fernández nunca fue populista” (Alberto Fernández); “Randazzo le puede ganar a Cristina? Definitivamente sí” (Alberto Fernández, elección 2017); “Con Aníbal Fernández habrá más droga y María Eugenia Vidal no conoce la provincia” (Solá, elección 2017); “Todo Cambiemos quería mi foto entregándole el mando a Macri. Era Cristina, la populista, en un acto de rendición” (Cristina Kirchner); “Al final del segundo año estamos en un dígito de inflación, estate seguro. Esto es lo más fácil” (Macri, diciembre 2015).

Podría criticarse que la capacidad analítica que exige el juego para triunfar queda sometida al azar de los dados. Esta objeción supone ignorar innumerables acuerdos patrióticos recientes que muestran una asombrosa similitud con encomendarse a la suerte: De la Rúa-Alvarez (1989); Cristina Kirchner-Julio Cobos (2007); Roberto Lavagna-Gerardo Morales (2007); Ricardo Alfonsín-De Narváez (2011); Cristina Kirchner-Amado Boudou (2011). Rechazada la crítica, comienza el juego. Quién arroja los primeros dados?

Buenos Aires, 15 de mayo 2019

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